lunes, 26 de octubre de 2015

Entrada nº 26


                                  El SACRIFICI

  • El valor del sacrificio es aquel esfuerzo extraordinario para alcanzar un beneficio mayor, venciendo los propios gustos, intereses y comodidades. Aunque parezca drástico, pero el sacrificio nos ayuda a superar muchos escollos en nuestra vida y nos imprime un carácter de compromiso, perseverancia, optimismo, superación y servicio.
  • El valor del sacrificio no significa sufrimiento y castigo, sino una fuente de crecimiento personal, de disciplina y esfuerzo. Acostumbrarse a la vida cómoda, a esperar que todo nos caiga del cielo, a coger los mangos bajitos hace un grave daño a la persona. Hay que acostumbrarse a luchar fuerte por conquistar y hacer posibles las metas y sueños.
  • Todos somos capaces de realizar un esfuerzo superior dependiendo de nuestros intereses: las dietas rigurosas para tener una mejor figura; trabajar horas extraS e incluso fines de semana para consolidar nuestra posición profesional; quitar horas al descanso para estudiar; ahorrar en vez de salir de vacaciones, en fin siempre es posible dar más del esfuerzo que hemos venido haciedo.
  • Efectivamente hay personas que cumplen con sus deberes y obligaciones de forma extraordinaria, pero a veces no llevan ese mismo esfuerzo en todos los aspectos de su vida. Salir a trabajar habiendo pasado mala noche, o tal vez con ciertos síntomas de enfermedad; sonreír a pesar de nuestro estado de ánimo, sea de enojo o tristeza; colaborar en los cuidados de un enfermo; limpiar el piso de la oficina que se ensució por descuido, son actos de sacrificio.

  • El valor del sacrifico también vale la pena aplicárnoslo a nosotros mismos. Podemos ser mejores, podemos ser más disciplinados, podemos lucir mejor presentados. Podemos leer más, conquistar nustras metas. Podemos ser optimistas, podemos cambiar nuestra forma de ser. Podemos ser diferentes a lo que hemos sido hasta la actualidad. Haga un pequeño sacrificio: cambie y todos cambiaremos por añadidura.


domingo, 18 de octubre de 2015

El optimismo

Entrada nº 25 

                                 El Optimismo. 



  •  Una persona optimista, se caracteriza por poseer ciertas cualidades que hacen a este valor, tales como el entusiasmo, el dinamismo, el emprendimiento ante determinadas circunstancias y por sobre todas las cosas, siempre vive de los hechos, es decir con los pies bien en el suelo.
  • Este valor nos permite confiar en nuestras capacidades y posibilidades, enfrentando con perseverancia y estado anímico muy positivo ante cualquier dificultad que se nos presente en el camino. Nos ayuda, a descubrir lo bueno de las personas que nos rodean y a aceptar todo tipo de favores que nos ofrezcan de corazón.
  • El optimismo, nos permite encontrar soluciones, ventajas y posibilidades ante los inconvenientes surgidos. La diferencia de su valor opuesto, el pesimismo, es que la primera nos insiste en apreciar todas las cosas, lograr que nuestras actitudes cambien.
  • El optimista refuerza y alimenta su perseverancia. Es una persona que se detiene a pensar en todas las posibilidades, luego las piensa y toma la que considera pertinente para esa ocasión. Esto evita que nos engañemos ante una falsa realidad que nos asegura una vida más fácil y placentera.

viernes, 9 de octubre de 2015

la compasión.

Entrada nº 24
                
                                 El valor de la compasión.

La compasión es un sentimiento de empatía hacia otros seres humanos iguales a nosotros y su base es el respeto, la disposición al servicio y la solidaridad. La compasión se encuentra en actos tan sencillos como escuchar, compartir y recordar. Con el valor de la comprensión reafirmamos y perfeccionamos otros valores como generosidad y servicio, por poner a disposición de los demás nuestro tiempo y nuestros recursos; también perfeccionamos la sencillez porque no hacemos distinción entre las personas a las que ayudamos; solidaridad por tomar en nuestras manos los problemas ajenos haciéndolos propios; comprensión, porque al ponernos en el lugar de otros, descubrimos el valor de la ayuda desinteresada.
Para practicar la compasión debemos intentar ser comprensivos con los demás, todos nos equivocamos alguna vez. Piensa en alguna ocasión en que te hayas equivocado y recuerda si alguien fue compasivo contigo, te hizo ver tu error, pero no te juzgó.
Tener compasión y sentir lástima no es lo mismo. Muchas veces contemplamos la desgracia como algo sin remedio y sentimos escalofrío al pensar “¡qué seria de nosotros en esa situación!”, pero no hacemos nada por cambiarla. En este caso, debemos sentir compasión por nosotros mismos. Constancio C. Vigil dijo alguna vez: “Cuatro son los caminos que llevan al Señor: la sabiduría, la justicia, la belleza y, el más seguro de todos, la compasión.” ´

viernes, 2 de octubre de 2015

El valor de la puntualidad.

Entrada Nº 23
                           
                                                     La puntualidad.

El valor que se construye por el esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar.
El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia,  al vivir este valor en plenitud estamos en condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser merecedores de confianza.
La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce con facilidad la escasa o nula organización de nuestro tiempo, de planeación en nuestras actividades,etc.
Para ser puntual primeramente debemos ser conscientes que toda persona, evento, reunión, actividad o cita tiene un grado particular de importancia. Nuestra palabra debería ser el sinónimo de garantía para contar con nuestra presencia en el momento preciso y necesario.
La cuestión no es decir “quiero ser puntual desde mañana”, lo cual sería retrasar una vez más algo, es hoy, en este momento y poniendo los medios que hagan falta para lograrlo: agenda, recordatorios, alarmas…
Vivir el valor de la puntualidad es una forma de hacerle a los demás la vida más agradable, mejora nuestro orden y nos convierte en personas digna de confianza.

domingo, 27 de septiembre de 2015

El valor del respeto

Entrada nº22

                                                 
                                             El respeto

El respeto es uno de los valores morales más importantes del ser humano,es fundamental para lograr una armoniosa interacción social. Una de las premisas más importantes sobre el respeto es que para ser respetado es necesario saber o aprender a respetar, a comprender al otro, a valorar sus intereses y necesidades. En este sentido, el respeto debe ser mutuo, y nacer de un sentimiento de reciprocidad.
Respetar no significa estar de acuerdo en todos los ámbitos con otra persona, sino que se trata de no discriminar ni ofender a esa persona por su forma de vida y sus decisiones, siempre y cuando dichas decisiones no causen ningún daño, ni afecten o irrespeten a los demás.
En este sentido, respetar también es ser tolerante con quien no piensa igual que tú, con quien no comparte tus mismos gustos o intereses, con quien es diferente o ha decidido diferenciarse. El respeto a la diversidad de ideas, opiniones y maneras de ser es un valor supremo en las sociedades modernas que aspiran a ser justas y a garantizar una sana convivencia.
El respeto puede manifestarse como un sentimiento de obediencia y cumplimiento de ciertas normas: el respeto a la ley, por ejemplo.
Tener respeto por alguien o algo superior, por su parte, alude a una actitud que puede expresarse como sumisión, temor, recelo o prudencia.

sábado, 26 de septiembre de 2015

el valor del servicio

Entrada nº 21

                                                                  EL SERVICIO.
Servir implica ayudar a alguien de una forma espontánea, es decir, adoptar una actitud permanente de
colaboración hacia los demás sin esperar nada a cambio. Una persona servicial traslada esta actitud a
 todos los ámbitos de su vida: en su trabajo, con su familia, ayudando a otras personas en la calle con 
detalles que parecen insignificantes, pero que van haciendo la vida más reconfortante.
Teniendo en cuenta que la filosofía institucional de la Fundación Santa Fe de Bogotá es ser una
 entidad de servicio comprometida de manera integral con la salud y la calidad de vida del ser humano, 
es pertinente que todos los colaboradores vivan y respiren la cultura del servicio. En este sentido
, resulta de vital importancia que seamos replicadores de esta valor humano y que todas nuestras 
acciones estén orientadas hacia este objetivo.
tenga en cuenta que las personas que son serviciales:
•   Están continuamente atentas, observando y buscando la oportunidad de ayudar a alguien.
•   Siempre aparecen de repente con una sonrisa y las manos por delante, dispuestos a ayudar.
•  Escuchan las necesidades ajenas y tienen el hábito de intentar satisfacerlas, anteponiéndolas a las propias.
•   Tienen rectitud en sus intenciones y saben distinguir cuándo existe una necesidad real.

viernes, 11 de septiembre de 2015

La audacia

Entrada 20


                         El valor de la AUDACIA.


La Audacia, es el valor a atreverse, a intentarlo, a hacerle.
Cuando eres audaz, tienes la confianza en tu interior de hacer cosas nuevas y saber que saldrá bien.
La Audacia, te da el poder para caminar senderos nuevos, para hacer cosas distintas y para probar lo que verdaderamente te sirve, quieres hacer y te hace feliz.
Una persona audaz es la que enfrenta las situaciones que tiene en frente, la que no siente miedo de experimentar y descubrir desastres o maravillas.
Cuando lo que quieres es luchar por tus sueños y conseguir lo que anhelas… Debes ser audaz en todo momento.
Muchos te dirán que no lo lograrás, pero tu audacia te susurrará que serás capaz . 

viernes, 4 de septiembre de 2015

La paciencia

Entrada 19                                                 

                      El valor de la Paciencia. 

podemos definir a la paciencia como el valor que nos hace como personas: tolerar, comprender, padecer y soportar los contratiempos y las advertencias con fortaleza y por ende sin lamentos; esto es posible porque uno aprende a actuar acorde a cada circunstancia, moderando las palabras y la conducta en esos momentos.
La paciencia es un rasgo de carácter que nos permite pasar por situaciones caóticas sin derrumbarnos, nos permite educar a nuestros hijos sin gritos y aceptar a los compañeros de trabajo sin deprimirnos, entre muchas otras cosas.
Es importante notar que paciencia no significa sólo esperar hasta que cambie la situación o hasta que alguien más haga lo que tiene que hacer. Es muy fácil, y parte de la naturaleza humana también, el culpar a alguien más de todo lo negativo que nos sucede.
Paciencia es la cualidad de tolerar o soportar dolor o dificultades sin quejas.Por otra parte, el no detenerse a considerar las posibilidades reales de éxito, tiempo y esfuerzo que se necesitan para alcanzar un determinado fin, es el principal obstáculo del desarrollo de este valor y se denomina impaciencia.  Tan es así, que uno debe moderarse para evitar cargarse de demasiados compromisos que posiblemente no los podrán cumplir.


viernes, 28 de agosto de 2015

LA SENCILLEZ

Entrada 18

                        La sencillez




La sencillez, es el valor de ser humildes y empáticos con la gente, sin importar los títulos profesionales o el reconocimiento que se tenga ante otros.
El valor de la sencillez, nos permite ser conscientes de que otros merecen nuestro respeto y buen trato, sin importar nuestro estatus social o prestigio social.
A muchas personas simplemente se les sube el ego y la superioridad cuando están en un grado de educación o conocimiento en comparación a otros… Olvidando que a fin de cuentas todos merecemos respeto.
La sencillez es la gracia que tenemos con otros para entablar relaciones interpersonales, sin discriminar a ninguna persona.

domingo, 23 de agosto de 2015

La voluntad

Entrada 17 
  
                                     La voluntad


La voluntad es la capacidad de los seres humanos que nos mueve a hacer cosas de manera intencionada, por encima de las dificultades, los contratiempos y el estado de ánimo. 

Todo nuestro actuar se orienta por todo aquello que aparece bueno ante nosotros, desde las actividades recreativas hasta el empeño por mejorar en nuestro trabajo, sacar adelante a la familia y ser cada vez más productivos y eficientes. En base a este punto, podemos decir que nuestra voluntad opera principalmente en dos sentidos:


Como podemos ver la intención no basta, como tampoco el saber lo que debemos hacer. La voluntad se manifiesta "haciendo". Se nota claramente una falta de voluntad cada vez que retrasamos el inicio de una labor; en nuestras actividades, cuando damos prioridad a aquellas que son más fáciles en lugar de las importantes y urgentes o siempre que esperamos a tener el ánimo suficiente para actuar. La falta de voluntad tiene varios síntomas y nadie escapamos al influjo de la pereza o la comodidad, dos verdaderos enemigos que constantemente obstruyen nuestro actuar.

Podríamos comparar a la voluntad con cualquiera de los músculos de nuestro cuerpo, estos últimos se hacen más débiles en la medida que dejan de moverse. Lo mismo ocurre con la voluntad: cada situación que requiere esfuerzo es una magnífica oportunidad para robustecerla, de otra forma, se adormece y se traduce en falta de carácter, irresponsabilidad, pereza, inconstancia.


jueves, 13 de agosto de 2015

La humildad como valor

Entrada 16

                                             La humildad 

La humildad es una virtud humana atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y debilidades, y obra en consecuencia. Como tal, la palabra proviene del latín humilĭtashumilitātis.
Una persona que actúa con humildad no tiene complejos de superioridad, ni tiene la necesidad de estar recordándoles constantemente a los demás sus éxitos y logros; mucho menos los usa para pisotear a las personas de su entorno. En este sentido, la humildad es un valor opuesto a la soberbia.
Quien obra con humildad no se vanagloria de sus acciones: rechaza la ostentosidad, la arrogancia y el orgullo, y prefiere ejercitar valores como la modestia, la sobriedad y la mesura.
La humildad es una cualidad humana independiente de la posición económica o social: una persona humilde no pretende estar por encima ni por debajo de nadie, sino que sabe que todos somos iguales, y nuestra existencia tiene el mismo grado de dignidad. De allí que ser humilde no implique dejarse humillar, pues la humildad no supone una renuncia a la dignidad propia como personas.
Por otro lado, humildad también se refiere a la posición económica de los pobres y desfavorecidos. Una persona humilde, en este sentido, es alguien que proviene de un hogar de escasos recursos y sin mayores posibilidades de prosperar.
Finalmente, la humildad es también la actitud de quien se somete o rinde a la autoridad de una instancia superior. En las religiones, por ejemplo, la sumisión está asociada al temor de Dios. No obstante, comportarse con humildad implica también evitar actitudes de prepotencia ante un jefe o una autoridad policial y, más bien, optar por el acatamiento.